jueves, 16 de octubre de 2014

Gracias a todos por vuestra asistencia ayer a la Inauguración

Queridos amigos, 
Lo primero esta noche, después de la inauguración de la exposición, es daros las gracias, de todo corazón, por la enorme asistencia al acto y  son tantos años... y ¡no faltáis a cada encuentro!

¡Cuántas conexiones, reencuentros, amigos que aparecen y me dicen, "mira, sigo ahi...como la ultima vez": Raúl Lozano, Manuel Titos, los Llopis, una representación del personal sanitario...al verlos me dije: "si me pasa algo aquí, tengo al cardiólogo, tres neurólogos, un traumatólogo, una especialista en ojos y cuatro enfermeras.en fin, tantos amigos del gremio, y cito unos pocos, había más, que no quiero hacer agravio comparativo. esto no tiene precio.

Asistentes a la Inauguración de la Exposición "Yegen, el color del Alba"
Y una gran sorpresa: la presencia de Dª. María Izquierdo Rojo,profesora en la Universidad de Granada y a la que debo tanto, ella me abrió una puerta inesperada: unir lingüística y pintura, los isomorfismos, sus clases inolvidables y la trascendencia de un magisterio. Ella no sabía de un alumno en su clase que se sabía pintor y buscaba descubrir su lenguaje, su imaginario, su propio camino. Y hoy, soy lo que soy porque ella apareció en mi vida y me abrió algo así como el oído interior y mi mente. Amiga de mis mecenas Marc y Elsa en el Parlamento Europeo estuvo muy presente en aquellas conversaciones de Motril con ellos. Esta sorpresa se la debo a Natividad que está haciendo su tesis doctoral sobre mi pintura, no me había dicho nada y me trajo a la Sala a una de esas personas decisivas en mi vida.y todos lo sabemos:  la huella de un buen profesor es imborrable.
También me acompañó al completo la familia de Francisco Morales, el galerista granadino al que esta dedicada la exposición.
Vitrina con objetos
Y también aparecieron alumnos míos y al verlos me dí cuenta de lo viejo que soy... pero muy contento a la vez. Pintores que son colegas y además, amigos. Y por supuesto gracias a la Fundación Caja Rural que me permitió hacer esta exposición, la segunda con ellos.
Click sobre la foto para ver foto completa

En fin, GRACIAS A TODOS Y UN ABRAZO.
Pedro Garciarias

lunes, 13 de octubre de 2014

"Ardió hasta el Alba"

Con este verso de Valente: "la palmera del huerto ardió hasta el alba", dejo un par de páginas para comentaros la exposición. 
Pedro Garciarias inspirado por el alba
Como os dije en marzo, es la primera vez que pinto este paso de la noche al alba, no era la oscuridad cerrada, sino aquella otra descrita por el santo poeta de Castilla, Juan de la Cruz: "en par de los levantes de la aurora". Ni es el alba de la poesía de Valente con ese tinte de despedida, muy propio de las albadas: el cuerpo transparente del amor no busca el alba... el cuerpo iluminado hacia el centro de tí y esa maravilla de verso,"no amanece el cantor";  tampoco el de la hermosa canción de Aute contra la pena de muerte: "quiero que no me abandones, amor mío,al alba".
El alba, de esta serie de pinturas, está más cerca de las "alboradas" que de las albadas de los trovadores y están celebrando un nuevo comienzo, una fiesta de bodas, canciones de amor al salir sol, todo un cancionero musical que celebra la lozanía del amor. Cantan la alegría de los enamorados al  llegar juntos al amanecer.
Como los campanilleros en las madrugadas o aquella canción de amigo: "venid a la luz del día, venid a la luz del alba...al alba venid, buen amigo...", o el Retablo de Arcángeles del poeta granadino Antonio Carvajal.
El color de estos amaneceres queda lejos de esas despedidas en la oscuridad, antes de la llegada del alba, para que no sean descubiertos los amantes. ¡Cómo no recordar aquí a Margarita Ferrer Hurí que me regaló una copia manuscrita del canto de los Upanisad sobre la aurora!
Desde hace muchos veranos mi mejor momento era, y sigue siendo, levantarme muy temprano, y todavía oscuro ir al encuentro de la salida del sol que desde la transversal sur de Sierra Nevada iluminaba el paisaje hasta la Sierra de Gádor. Veía cómo cambiaba la luz y la dirección del viento: la luz del alba pillaba a los pájaros en pleno vuelo. Me iba al mirador del pueblo, "la asomaílla", a unos 1.100 metros sobre el nivel del mar y unos treinta y tantos kilómetros de la playa, bajando después hacia el Salto del Gitano. De todo este paréntesis, entre ida y vuelta a casa, han surgido, durante más de treinta años muchas pinturas y apuntes, de las que, ahora, se exhibe una selección de 38. 
Dibujo y color bien avenidos, aunque no partía de un código fijo de colores sino de tonos generales: azules lavanda, malva, algún naranja, los verdes apagados del final de verano, los álamos que empezaban a amarillear y una buena gama de tierras. También el célebre "rayo verde", descrito por Julio Verne en la novela del mismo nombre y que mucho más tarde recogerá Eric Rohmer para su hermosa película donde los dos protagonistas lo están buscando. Este fenómeno, no fue invento del novelista, existe en la realidad y puede ser visto. Solo hay una condición, debido a la fugacidad del mismo: dos segundos y procure no pestañear. Algunos señalan que puede conseguirse una fotografía. Cuentan que el director francés tardó meses en conseguir una toma del resplandor verde que debía poner punto final al film.
 He sido fiel a lo que Eliot escribía en The Hollow Men." los colores caen siempre sobre la idea, la realidad, el movimiento, el acto". El color, evidentemente presente, era el elemento sensual y emotivo de cada cuadro, se dirigía imparable hacia una equivalencia emocional y cromática, como nos pasa en nuestra relación con el mundo.
 La materia, la pintura, solidificada en capas que dejaban ver el comienzo, concedía al soporte, fuese papel o lienzo, la impresión de un movimiento líquido desde el fondo como si el contorno de la montaña estuviese inundado por una lava encendida de color.
El alma del contorno, como decía, Nicolás de Stäel, debe afirmarse por sí misma. El contorno de la Sierra de Gádor abraza el color y la pincelada, lejos de cualquier alusión fotográfica ni interpretación, salvo la que produce en el espectador. Son, ciertamente, paisajes sin argumento, su esencia es lo que me interesa, todo lo que ocurrió en ellos, la biografía de aquellos que los atravesaron, sus huellas, todo lo que en el transcurso de los años afectó a estos paisajes está, sin duda, en la base, en el resultado pero siempre bajo la fuerza de la emoción visual que corrige todas las formas.
Quiero resaltar la importancia de la frontalidad de las pinturas, contrastada por un lado con el vacío que produce el contorno, que es etéreo y sin argumento, y por otro, sólido e imponente.
 Desde Petrarca en su ascensión al Mont Ventoux; Cezanne y su visión del Mont- Sainte-Victoire; hasta la Sierra de Gádor y el llamado Cerrajón de Murtas, en mi caso, estoy seguro de que cada artista, sea pintor, poeta, músico, tiene su montaña sagrada que les hace descubrir esa especial relación entre el acto de ver y agradecer.
Recordad que esta exposición está dedicada a la memoria del galerista granadino Francisco Morales que, desde su espacio Laguada, impulsó el arte contemporáneo en Granada.

Una llamada de atención a los objetos poéticos en la vitrina: la cajita con el velero que navegando en la acequía arroja las banderas y las velas,  en su lugar coloca el verso que lo impulsa ya que la poesía conduce y salva.
Objeto en deuda con Annibale Carraci que, en una de sus telas, "el paisaje fluvial", actualmente en la National Gallery of Art/Washington, me sirvió con su aparente espontaneidad, el paso de la barquichuela, los cambios cromáticos y el cielo brumoso, el color, los elementos para construir la caja.
La otra cajita, con las nieves de la Sierra y el trozo de cuarzo recortado.
Y una tercera con la madreperla escondida en el Jardín de Yegen.
De los Libros de artista expuestos, destaco el dibujo/collage con el  Acertijo de Octavio Paz dedicado por el poeta a Andrés Sánchez Robayna.

Pedro Garciarias

miércoles, 1 de octubre de 2014

New Exhibition - NUEVA Exposición - "Yegen, el color del alba"

Queridos amigos:

Una vez más nos reuniremos para otra inauguración, la exposicion de la que os había informado en este blog.
 
YEGEN, EL COLOR DEL ALBA, 1984-2014, selección de obra durantre esos treinta años, dedicada al galerista granadino Francisco Morales que en octubre del 84, celebró el cuarto aniversario de su Galería LAGUADA y el taller de serigrafía Mácula con la exposición, ALPUJARRA, ABRIL.

La obra reciente, septiembre 2013, concluye el recorrido. Este recorrido está focalizado en dos puntos: el espacio como lugar del pensamiento simbólico y los isomorfismos del trazo a color. También dos obras señalan el recorrido por las treinta y cinco pinturas de la selección: "la noche transfigurada!, acuarela de 1992-3 y la tela que cierra la colección, de 2013, "desde estas altas rocas innombrables pudiera verse el mar", homenaje al poeta granadino Pablo del Águila.

Nos veremos en octubre para la inauguración, el día 15 a las 19 horas.
· La clausura el 8 de noviembre.
· Horario de la Sala Zaida, Puerta Real, Fundación Caja Rural de Granada: 18 horas a  21, de lunes a sábado.